La segunda semana en el IES Mediterráneo comenzó el martes 4, ya que el lunes no pude asistir por problemas logísticos -no disponía de coche-. Este día, los estudiantes del Máster pudimos ver una reunión de tutores de primer ciclo de Secundaria. Entre todos los docentes se repasa cuál es la situación concreta de cada curso, como si hay problemas de convivencia o de asistencia de algunos alumnos. En caso afirmativo, también se determinan las medidas concretas para corregirlos tanto por parte del tutor como del jefe de estudios.
En este ciclo, la mayoría de incidencias son la acumulación de faltas no justificadas o bien que los alumnos no hacen los deberes o estudian para los exámenes. Al día siguiente asistimos también a una reunión de tutores, pero en este caso de Bachillerato, en el que se trató la posible orientación de algunos alumnos hacia una carrera o bien a un ciclo de grado superior o medio.
El martes, tras la reunión, nos entrevistamos con la coordinadora de diversidad, que nos habló de los grandes resultados cosechados desde que el centro se unió al Contrato-Programa. Me interesó mucho cómo se trabaja en estos cursos, ya que permiten recuperar a algunos alumnos que de otra forma probablemente abandonarían los estudios. También nos comentó que el siguiente paso era que el instituto Mediterráneo contara con un PCPI en los próximos cursos.
En esta semana también he podido comprobar que la atención a los alumnos, el esfuerzo y los compromisos de los estudiantes, a veces, tienen sus resultados. Mi tutora, Miriam Civera, tras la primera evaluación, llega a 'acuerdos' con los alumnos para mejorar en los aspectos que fallan. Y pude asistir a una reunión de revisión de este peculiar contrato, en el que los resultados habían mejorado mucho con respecto a la primera evaluación. No hace falta decir que tanto los progenitores, como alumnos y también los docentes se benefician y felicitan por este tipo de atención, puesto que implica a todos y, como se ven los resultados, también anima al estudiante a continuar por ese camino.
Por último, mi tutora programó que asistiera a unas clases en otros cursos con distintos profesores, para que comprobara cómo son de diferentes las clases en cada nivel e incluso en el mismo curso. Los alumnos de 2º de Bachiller se centran ya totalmente en las pruebas de admisión de la Universidad; también estuve en un taller de Lengua, donde la atención puede ser mucho más individualizada gracias al reducido número de alumnos; y también pude ver una clase de PASE, el Programa de Acogida del Sistema Educativo, que descubrí como importantísimo. Alumnos que en ocasiones tienen un conocimiento nulo del castellano acuden a estas clases para aprender, casi desde cero, a comunicarse y a aprender.
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